lunes, 19 de enero de 2009

"Con esa boquita decís mamá?"

Lo que voy a escribir a continuación es una crítica para contribuir con el popurrí/cambalache/miscelánea que caracteriza esta página. ¿Una crítica a quién? O mejor dicho ¿a qué?. Es una crítica a los hombres. Es una crítica a la institución "Hombre". Pero no Hombre en el sentido machista que se utiliza para abstraer lo que es común y esencial al ser humano, utilizado para formar el concepto general que comprende a hombres y mujeres. Sino que me refiero a los hombres como seres humanos del género masculino. Porque estoy odiada, ofendida, triste. Puedo sonar generalizadora, y tal vez sí lo sea, tal vez soy generalizadora, y tal vez me encanta serlo. Tal vez también sea prejuiciosa, tal vez saque opiniones previas de los hombres con solo escuchar un par de palabras o con solo ver su aspecto. Tal vez los prejuzgue si son trabados, si se preocupan por su bronceado, si se preocupan más de la cuenta por su aspecto físico. Tal vez los prejuzgo si se hacen los reflejitos o si escuchan cumbia villera o regetón, tal vez mis amigas y yo los prejuzgamos en el primer paso que dan para acercarse a nosotras cuando estamos sentadas en la mesa de un bar. Y si quieren criticarme por eso, adelante, están autorizados, reconozco mi error. ¿Por qué prejuzgo? Tal vez sea porque con el correr de los años me adapté a eso... me adaptaron a eso con actitudes rídiculas que acaban por formar estereotipos. No quiero generar una guerra de sexos porque es estúpido, pero quiero dejar esto en claro. También experimento prejuicios hacia algunas mujeres, pero eso es un tema aparte, ahora estoy canalizando mi angustia hembrista de esta forma, (hembrismo como el movimiento contrario al machismo, feminismo es otra cosa, no me voy a poner a explicar esos conceptos en este momento, googleenlos). La cuestión es simple y básica, si algún hombre lee esto, que se entere de que a las mujeres no nos gusta que nos embistan en la calle con pirópos estúpidos y abusivos, tampoco es cierto esa estupidez generalizada de creer que porque somos un grupo de cinco chicas y no hay una presencia masculina entre nosotras estamos "solitas". Tampoco es cierto que cuando una quiere mostrar su cuerpo al mundo es porque está "de levante" o buscando adulaciones o aceptaciones, ni mucho menos evaluaciones. Es cierto que a veces cuando en una construcción un obrero sudado y caliente deja salir un comentario estúpido tal vez a una se le escapa una sonrisa, pero no se olviden que eso puede llegar a ser una manifestación de verguenza ajena. Como mujeres estamos condenadas a que nos rompan las pelotas en todos los lugares públicos e incluso en la vía pública. Estamos condenadas a ser interrumpidas en nuestras conversaciones por algún ridículo que realmente cree que estamos interesadas en su compañía. Si aceptamos una cerveza, ¿estamos firmando alguna clase de contrato sexual? Empezamos una conversación con simpatía pero lo que queremos es seguir conversando entre amigas, entonces luego de dos o tres intercambios de palabras completamente superfluas queremos explicar con tranquilidad que estamos bien solas, y así, sin darnos cuenta, es como agredimos el orgullo del narciso prepotente, que responde a esto con variadas agresiones hacia nosotras. ¿Y entonces cómo es la movida? ¿Me tengo que garchar a cada salame con el que converso más de veinte minutos en un boliche o me tengo que aguantar que me agredan y me desprecien sólo porque no son mi tipo? En fin... no se si estoy hablando de machismo o de mediocridad generalizada. No me voy a colgar a criticar la sociedad machista en la que vivimos porque no tengo ganas. Sólo lo dejo acá esbozado para que se sepa que soy conciente, y que los conflictos relatados son problemitas al lado de los grandes castigos que reciben algunas mujeres por haber nacido en este mundo patriarcal en el que vivimos.

Si sos hombre y lees esto, pueden haber dos caminos, o sos realista y comprensivo o pensas que soy gorda, fea, mala, resentida y feminista. Tal vez lo sea. Si sos mujer y lees esto y estás de a cuerdo y te sentís identificada, genial, somos dos, no, somos tres, no mentira, somos millones.

P.D.: siempre hay un par de excepciones a las reglas, obvio.

miércoles, 14 de enero de 2009

Utilizo este espacio para criticar públicamente a los jueces del Martín Fierro por darle el premio a Diego Capusotto

Promesas

Cuando vengo a la casa de mis viejos y me cuelgo a ver televisión empiezo el zapping desde el canal 22. Antes estaba cinemax, que daban buenas pelis, ahora no se, pura basura, como en el resto de los canales. La cuestión es que el otro día me puse a ver tele con mi vieja y me obligó a empezar el zapping desde el 01. Me alegro de que así haya sido porque encontramos en el canal Encuentro un documental que nos conmovió hasta las lágrimas. El documental se llama "PROMESAS". Ni bien terminé de verlo entré en internet para buscar el nombre de los realizadores, y acá se los comento: B.Z. Goldberg (estadounidense e israelí), Justine Shapiro (sudafricana) y Carlos Bolado (mexicano).

El documental abarca la mirada de siete niños; tres israelíes y cuatro palestinos, que crecieron en medio de un conflicto bélico político religioso, y han ido perdiendo a sus seres queridos en ataques terroristas, y siempre se les ha impuesto el odio y el rencor como valores primeros. Los realizadores entrevistan a los niños y puede verse en sus comentarios la influencia de los adultos que odian a sus pueblos vecinos, pero la curiosidad y las ganas de conocerse son más fuertes que el odio latente que llevan adentro, convergiendo el film en una reunión en la que se dejan de lado los prejuicios y las diferencias religiosas.

Si les interesa verlo se repite en Encuentro:

Jueves 15/01: 22:00

Viernes 16/01: 14:00

Sábado 17/01: 23:00

miércoles, 7 de enero de 2009

domingo, 4 de enero de 2009

Carta abierta al diario por Luciana Di Milta o el diario de Ignatius Reilly

Sr. Director:
Quería exponer mi opinión sobre una situación que se repite una y otra vez de forma alevosa en Mar del Plata, y que se acentúa mucho más en temporada. Digo en esta ciudad sólo porque viví los 20 años que tengo en ella, pero estoy segurísima de que es una constante en todas las ciudades, y sobre todo en las que reciben afluencia turística. Me refiero a las barbaridades que se esconden detrás de las ofertas laborales y sobre todo las de temporada, que se repiten en muchos rubros y con un buen nivel de descaro. En la enseñanza secundaria, los docentes nos hablan sobre el respeto, la Constitución, las leyes básicas que norman el trabajo… en fin, algunas de las cosas que a uno o a una le sirven para realizarse como persona y desenvolverse en el mundo adulto. Cuando se tienen quince años, esas cosas se comprenden, pero hay algunas que pueden verse ajenas, o lejanas. Se habla de la abolición de la esclavitud y una piensa “-¡Catorce horas de trabajo! ¿Qué ser humano soporta eso?”-; o bien, se puede hablar de las leyes de protección de menores y pensar inocentemente -“la ley dice que los menores de 18 años no podemos ni debemos trabajar”…
Personalmente, busco empleo desde noviembre, y en este tiempo, junte suficiente información como para hacer una mini-lista de barbaridades en las ofertas laborales, porque soy conciente de que hay muchas más, que sólo por suerte, esta vez no se cruzaron en mi camino. Una acotación más: las barbaridades laborales traen consigo la exposición de terribles verdades, como la de madres muy jóvenes con bajos recursos que deben trabajar por sueldos miserables y sin ninguna estabilidad: hoy trabajo, mañana no sé.
Ésta es la lista:
I- Los clasificados. Se exige siempre experiencia laboral. Los más graciosos piden gente a partir de 18 años con experiencia. Se expone, entonces, que buscan jóvenes que hayan trabajado ilegalmente con anterioridad. En los cafés, es común que no den empleo a alguien que no sabe usar la máquina de café. Creo que es una ciencia oculta que se enseña sólo en el Vaticano, como vender ropa o llevar bien la bandeja. Acá nadie te lo enseña.
II- Los empleos. Acabo de preguntar en casa cuál es la institución que protege a la gente del trabajo en negro y que pone límites a los empleadores que lo practican. Por supuesto, nadie supo decirme cuál era, o si existe. Me conformé con que tampoco sepan sobre Tinelli, pero eso es tema aparte. ¿Alguien puede decirme si existe eso que yo pregunto? ¿son personas reales u hombres polilla? El trabajo en negro es moneda corriente, el trabajo en blanco parece un lujo del Olimpo.
III- La carga horaria. Hoy me presenté en un comercio cerca de la Terminal, y con la mejor cara rota, el dueño (un viejito que parece muy bueno) necesitaba una chica que atienda el local 12 horas diarias por $ 1800 (en negro, claro). No quiero pensar que caos traería a su vida tomar a 2 chicas 6 horas cada una y pagarles $ 1000… es mejor chuparle la sangre a una persona con una vida propia y ahorrarse $ 200 al mes. Dentro de 10 años podrá comprarse la casa de campo que siempre quiso.
IV- Los hijos. Cabe aclarar que en dicho comercio, el dueño se encontraba a punto de despedir a una empleada (parecía mas chica que yo) porque debía ausentarse para cuidar a su hijito. ¿Existen posibilidades para las adolescentes con hijos? Mientras tanto, aparecen gentes geniales que protestan contra la educación sexual en las escuelas. Tuve un profesor de Salud y Adolescencia en la secundaria que afirmaba que la pastilla anticonceptiva es un modo de aborto y que su uso es en pecado ante los ojos de Dios.
V- Los privados. En este punto seré breve: compare la cantidad de empleos pedidos que no sean de privados con los que sí lo son. Tengo muchísimas más ofertas para prostituirme que para trabajar 8 horas por el mínimo sin sacarme la ropa.

Seguramente, quienes leen esto ya vivieron su iniciación laboral, y las barbaridades laborales pueden resultarles cotidianamente eternas. Me privé de mencionar otros temas sumamente importantes como la discriminación, la falta de educación, etc. Yo me siento profundamente decepcionada, estudio música desde el 2001 y todavía no pude comprarme mi propio instrumento: es estudiar o trabajar.Y hay muchísimos chicos y chicas en situaciones similares y peores. Dentro de todo, me siento afortunada... Hablo por todos ellas/os, para que a través de este medio, más personas tomen conciencia; porque la injusticia no tiene por qué verse como algo cotidiano, porque trabajar debe ayudar a crecer, a independizarse, a enriquecer el carácter, y es un derecho de cada ciudadano y ciudadana. (No se interprete la mención de ambos sexos como adhesión a ningún partido político sino como forma de expresión antimachista). Abramos los ojos, podemos mejorar la realidad desde la exigencia de los derechos. Y si usted es un desencantado/a, por favor, piense en los que hoy son muy chiquitos. Muchos y muchas antes que yo lo hicieron y hoy están enterrados quién sabe donde.

Luciana Di Milta
DNI 34058085

Diario mental de un día anormal (basada en una historia real)

Diario mental de un día anormal.

I.
Me siento muy cómoda en este momento. No quiero levantarme. ¿Ya serán las siete? No, por el solcito divino que me pega en el rostro… deben ser algo así como las cuatro. Dios, estoy sedienta. No tendría que haber tomado tanta cerveza ayer. Ayer… Anoche. ¿Anoche? ¿Qué fue? Ah, sí… el cumpleaños de Milagros. Qué lindo estaba Gabriel por Dios, Gabi… Ese pibe está más bueno que comer dulce de leche con los dedos. Creo que me suena el celular; sí definitivamente está sonando, no pienso levantarme a atender. Con este sol quiero quedarme entre las sábanas. Anoche dormí desnuda e hice muy bien. Voy a seguir durmiendo, no creo que sean las siete. Hormigas que me caminan por todo el cuerpo. Gabriel me las saca del cuerpo con la mano. El perro de la vecina, la puta madre, a ese perro habría que prenderlo fuego. Ya fue, me levanto. Mi piyama… ¿dónde mierda lo dejé? Ah, sí, lo tiré a lavar. Bueno, me levanto en bolas, total el viejo no está… A no ser que llegue y… No, ya fue, ya me pongo el uniforme. Me hago una milanesa. ¿Serán las cinco? Me fijo en el reloj de la cocina. ¡¿Qué?! ¿Las seis y media? ¡Si el sol todavía me daba en la cara! La puta madre no me puedo acostumbrar al cambio de hora... Bueno, le compro un sanguche al pibe de la esquina. Pero de milanesa no, porque siempre tiene nervios. Uy, llegó el viejo, menos mal que me vestí.
– Hola pendex.
– Hola.
¿Dios mío qué mierda le pasa a este viejo? ¿Está bailando?
- ¿Qué te pasa papá? ¿Estás borracho?
- No, nena, vos estás más loca que tú mamá.
Nooo, creo que me va a abrazar. Ni siquiera se acordó, me abraza de borracho nomás.
- Soltame papá, tenés un olor a escavio que no te aguanto.
- Dale boluda, un poco de amor no te va a hacer mal. Al final sos una pecho frío vos…
- Bueno dale, un poquito.
- Chau papá. Me tengo que ir llego tarde al kiosco.
Esta campera horrible. Me siento un oso polar.
- Che, boluda, ¿te creés que no me acordé de vos? Reservé en lo de Chiche, una mesita afuera… Te paso a buscar por el kiosco y vamos a comer.
Jaja, que viejo divino. ¿Afuera? ¿Con el frío que hace?
- Dale viejito te espero en la esquina de siempre.


II.
¿A ver qué hora es? Las dieciocho y treinta y dos. Me perdí el bondi la puta madre, encima este bondi de mierda que no pasa más… La parada mojada. Ya fue me siento igual a lo sumo me mojo un poco el culo. …Que barrio de mierda este. Sobre todo esta cuadra. ¿Qué mierda se puso esa vieja? Parece una ochentera. Voy a llegar tarde al laburo de vuelta. Daniel me tiene podrida. Me va a romper las pelotas de nuevo… ¡Un mensaje! ¿Será? No quiero andar especulando cada vez que me suena el celular, me siento una boluda. ¡Sí! Gabi, que bueno que sea de él… “si no existieras te inbentaria feliz cumple nenota que haces despue del trabajo” … Que bestia que es el hijo de puta. …¿Si no existieras te inventaría? Si no existieras te inventaría… Bien, me gusta, me gustó, está bien, tampoco voy a ser tan pretenciosa. Si no existieras te inventaría… ¿No es una frase de Luis Miguel?... ¡Sí! ¡Que hijo de puta! ¡es una frase de Luis Miguel! Medio grasa ese Luis Miguel... ya fue, Gabi es así… Si no existieras te inventaría… ¿cómo mierda es posible eso? ¿Cómo inventar algo que sea como algo que todavía no existe? Seguro que Gabi ni lo pensó. Uh, ahí viene el bondi. Qué bueno. Vieja de mierda por poco no me tira a la zanja. ¡¡Libre!! Nunca un hola de mierda estos colectiveros. ¿Al lado de la vieja llena de bolsos que come galletitas o al lado del pibe gracioso de gafas? Al lado del pibe estará bien. ¿Qué iba a hacer? Ah, sí voy a contestarle a Gabi. Uy, son las siete, Daniel me va a matar. “Como con mi viejo, después te aviso y si querés nos vamos a dormir juntos”. Enviar mensaje. Bien, este día es bien prometedor, como con el viejo, un divino, viejo borracho… y después me voy a dormir con ese cuerpito lindo al lado. Mañana franco. Estoy como quiero. Feliz cumpleaños a mí.

III.
- Hola Dani. Perdoname, se me hizo re tarde, esto del cambio de hora…
- Te perdono porque es tu cumpleaños, nada más. Feliz cumple gorda, te veo mañana. Ah no, el martes, mañana no venís.
Que flaco más careta. Encima me dice gorda.
- Gracias Dani, nos vemos. Suerte.
Bien, fue tolerable. Ya está, me quedo sola. Me voy al fondo y me fumo unas secas. Acá cierro diez minutos, no va a pasar nada. Me olvidé de comprarme el sanguche que bajón. Argh, me mata la garganta esta mierda. “Si no existiera me inventaría” Me vuelvo. Odio este cubículo. Siento que se me va el aire. Algún día me voy a morir por falta de oxígeno. Este Daniel es un exagerado… No se para qué tanta reja. Que vacía está la calle hoy. No pasa ni un alma. Hace frío, es domingo, debe ser por eso. Que rico alfajorcito, acto pequeño pero placentero. ¿Y ese lima ahí enfrente? ¿Qué hago? ¿Cierro? Está borracho… Capaz que es el viejo, a ver… No, no es el viejo, el viejo no tiene esa campera. Está cruzando. No, que no cruce. Bien, se va… Ahí vuelve. Mira para todos lados. Está sacado. Cruza, cruza… mierda, cruza. Si, definitivamente viene para acá.
- Hola flaca
- Hola… ¿si?
- Dame unos cigarros flaquita.
Le faltan todas las teclas. Que aliento a mierda por dios. Parece el cantante de Comanche pero sin dientes.
- ¿Cuáles querés?
- Los que me quieras dar.
Cuanto salame se cruza una día a día.
- Dale flaco.
- Dame unos Camel linda.
- Tomá. Dos pesos. ¿Querés fuego?
- No gracias, tengo mucho fuego.
“¿Tengo mucho fuego?” Dios mío… esta es la sociedad de mierda en la que los hombres pueden dirigirse como les da la gana hacia las mujeres. ¿Qué carajo hace? Se queda ahí parado… ¡Que se tome el palo de una vez!
- Che… y decime flaquita, ¿estás apretada ahí adentro?
No le contesto ya fue. Miro para otro lado… ¿Cierro? Agarro el celular del bolsillo.
- ¿Querés que me vaya?
- Sí.
- Hagamos una cosa… me das toda la plata que tenés ahí en la cartera y la que tenés en la caja y yo me voy. Depende de cuánto me des me voy sin hacerte nada o te toco un poquito antes, ¿te va flaquita?
- Andate antes de que llame a la policía. Tengo poca plata, te doy lo que hay. Recién abrí la caja flaco…
¿Qué mierda hace? Saca algo de la mochila… El fuego, se va a prender el cigarro. Saca algo más. ¿Qué mierda es eso? ¿Una botella? Se va a tomar un trago de algún escavio. No… ¿Qué hace? ¿Me apunta con la botella? Que se vaya, que se vaya, que se vaya, por favor Dios, que se vaya. Nunca creí en vos pero es lo único que se me ocurre. Que se vaya, por favor. Capaz que si cierro los ojos se va. Marco el número de la policía. Nueve… uno… Sentí algo mojado. ¿Qué carajo acabo de sentir por dios? Estoy toda mojada. Abro los ojos. Me está rociando con algo…
- ¡¿Qué mierda hacés limado?!
Siento olor a… a… dios… ¿nafta?
- Tengo mucho fuego, flaquita.

fotos x Bruce Labruce

Agnès Varda

Ya estaba yendome a la playa pero me acordé de alguien que merece ser posteada acá y en todos los blogs de la gente que disfruta del buen cine. Es una mujer francesa de nombre Agnès Varda que empezó a filmar sus películas en la época de la Nouvelle Vague. Una vez vi una película de ella que se llama "Cleo de 5 a 7". También la vi en el Freak, el mismo espacio que me proporcionó Julien Donkey Boy y un montón de películas más que me alegra haber podido ver. En ese momento proyectaban películas realizadas en la época del Mayo francés.

"Cleo de 5 a 7" 1962

Antes de venirme a mis pagos fui a la casa de un amigo y me grabé todos los cortos de Varda para ir conociéndola de a poco. Así que ayer vi "Los espigadores y la espigadora", del 2000. No me voy a poner a hacer análisis y críticas, sólo digo que es un documental excelente. Se muestra como una mujer inteligente y obsesionada con el tiempo. Toma la palabra espigar y la aplica en diferentes formas, establece paralelismos entre los espigadores que recogen el maíz derrochado luego de los cultivos y un profesor francés que come de la basura haciendo una elección minuciosa de proteínas mientras que da clases gratis en los suburbios. Así como él aparecen un montón de personajes encantadores y asombrosos. Y en esta época del auge de lo digital ella ya es una mujer mayor y graba con una cámara digital que le proporciona la capacidad de montar planos en los que se olvidó la cámara prendida y se ve el pastizal del campo en el que está parada y el "baile del capuchón de la cámara".

"Los espigadores y la espigadora" (Les glaneurs et la glaneuse) 2000

(La de la foto es Ella)

Foto a cambio de caramelos

(la Habana vieja)

La ciénaga

No pretendo que este blog se convierta en una especie de recomendación de películas. Pero a veces cuando veo una película que me provoca sensaciones quiero decirle a la gente que las mire y siempre que lo hago me pasan cabida hasta la mitad y se las lleva el viento o quedan estancadas sin bajar durante días en algún programa fantasma de la computadora de alguien.
Lucrecia Martel está produciendo mucho en este último tiempo, creo que está haciendo una adaptación de El Eternauta (todos sabemos que eso es excelente, excepto los mediocres que según me contó mi vieja le mandaron críticas intolerantes a la directora por atreverse a adaptar semejante obra). Ayer vi La mujer sin cabeza, me gustó mucho, siempre está presente la crítica social y todos sabemos que está bueno que la directora se comprometa de esa forma.
Un jueves a las 19 horas revisando el mail me enteré de que Lucrecia Martel iba a estar dando una conferencia gratis en mi ciudad a las 15 horas del día jueves; tengo menos leche que el Coyote.

Pero bueno esta película es en la que más aplausos se llevó para mi gusto. Hay mucha gente a la que no le gustó pero para mí es porque no saben manejar el paso del tiempo y se ponen ansiosos. O también puede que no sepan captar la crítica a la sociedad norteña argentina (y no tan norteña también).

Julien Donkey Boy


Había arreglado con un chico que siempre me gustó para ir juntos al bosque. Me bañé, me peiné, me vestí y me perfumé pero se hicieron las doce de la noche y el chico nunca apareció. Entonces cambié la opción "bosque turbio oscuro y yo sola de noche" por la opción "cine-arte independiente económico no-comercial". Esa noche en el cine proyectaron una película norteamericana de un director que se llama Harmony Korine. Para mi sorpresa, alegría y deleite el actor que encarna al personaje protagonista es Ewen Bremner (Spud en Trainspotting). En ese momento puse todas las fichas por la película que estaba a punto de ver. El director se basó en el Dogma que le pintó a Lars Von Trier y hace un buen uso de eso. En fin, vi la película y lloré muchísimo. Tiene unas escenas excelentes, por ejemplo el momento en el que Julien mantiene una conversación telefónica con su hermana desde la otra habitación. Nada, los días siguientes intenté comentar la película con la gente que conozco... me enteré de que Korine también fue el director de Gummo, una película que vi muchos años atrás y todavía sigo creyendo que es bastante original y creativa. Además escribió el guión de Kids "golpe a golpe", deben de haberla visto, es una película bastante conocida.
Al final el pibe se perdió una película excelente y yo quedé como espectadora modelo: bañada y perfumada para Julien Donkey Boy.
Después de unos meses le alquilé la película al viejo del video-club después de soportar todos sus alagos hacia el film en cuestión y la volví a ver. Esta vez no estaba terriblemente suceptible por haber sido plantada en mi cita pero las emociones fueron casi las mismas...
Bueno, nada, toda esta chachara se debía únicamente a que no hay que dejar de ver "Julien Donkey Boy" de Harmony Korine.


(Harmony Korine)