Diario mental de un día anormal.
I.
Me siento muy cómoda en este momento. No quiero levantarme. ¿Ya serán las siete? No, por el solcito divino que me pega en el rostro… deben ser algo así como las cuatro. Dios, estoy sedienta. No tendría que haber tomado tanta cerveza ayer. Ayer… Anoche. ¿Anoche? ¿Qué fue? Ah, sí… el cumpleaños de Milagros. Qué lindo estaba Gabriel por Dios, Gabi… Ese pibe está más bueno que comer dulce de leche con los dedos. Creo que me suena el celular; sí definitivamente está sonando, no pienso levantarme a atender. Con este sol quiero quedarme entre las sábanas. Anoche dormí desnuda e hice muy bien. Voy a seguir durmiendo, no creo que sean las siete. Hormigas que me caminan por todo el cuerpo. Gabriel me las saca del cuerpo con la mano. El perro de la vecina, la puta madre, a ese perro habría que prenderlo fuego. Ya fue, me levanto. Mi piyama… ¿dónde mierda lo dejé? Ah, sí, lo tiré a lavar. Bueno, me levanto en bolas, total el viejo no está… A no ser que llegue y… No, ya fue, ya me pongo el uniforme. Me hago una milanesa. ¿Serán las cinco? Me fijo en el reloj de la cocina. ¡¿Qué?! ¿Las seis y media? ¡Si el sol todavía me daba en la cara! La puta madre no me puedo acostumbrar al cambio de hora... Bueno, le compro un sanguche al pibe de la esquina. Pero de milanesa no, porque siempre tiene nervios. Uy, llegó el viejo, menos mal que me vestí.
– Hola pendex.
– Hola.
¿Dios mío qué mierda le pasa a este viejo? ¿Está bailando?
- ¿Qué te pasa papá? ¿Estás borracho?
- No, nena, vos estás más loca que tú mamá.
Nooo, creo que me va a abrazar. Ni siquiera se acordó, me abraza de borracho nomás.
- Soltame papá, tenés un olor a escavio que no te aguanto.
- Dale boluda, un poco de amor no te va a hacer mal. Al final sos una pecho frío vos…
- Bueno dale, un poquito.
- Chau papá. Me tengo que ir llego tarde al kiosco.
Esta campera horrible. Me siento un oso polar.
- Che, boluda, ¿te creés que no me acordé de vos? Reservé en lo de Chiche, una mesita afuera… Te paso a buscar por el kiosco y vamos a comer.
Jaja, que viejo divino. ¿Afuera? ¿Con el frío que hace?
- Dale viejito te espero en la esquina de siempre.
II.
¿A ver qué hora es? Las dieciocho y treinta y dos. Me perdí el bondi la puta madre, encima este bondi de mierda que no pasa más… La parada mojada. Ya fue me siento igual a lo sumo me mojo un poco el culo. …Que barrio de mierda este. Sobre todo esta cuadra. ¿Qué mierda se puso esa vieja? Parece una ochentera. Voy a llegar tarde al laburo de vuelta. Daniel me tiene podrida. Me va a romper las pelotas de nuevo… ¡Un mensaje! ¿Será? No quiero andar especulando cada vez que me suena el celular, me siento una boluda. ¡Sí! Gabi, que bueno que sea de él… “si no existieras te inbentaria feliz cumple nenota que haces despue del trabajo” … Que bestia que es el hijo de puta. …¿Si no existieras te inventaría? Si no existieras te inventaría… Bien, me gusta, me gustó, está bien, tampoco voy a ser tan pretenciosa. Si no existieras te inventaría… ¿No es una frase de Luis Miguel?... ¡Sí! ¡Que hijo de puta! ¡es una frase de Luis Miguel! Medio grasa ese Luis Miguel... ya fue, Gabi es así… Si no existieras te inventaría… ¿cómo mierda es posible eso? ¿Cómo inventar algo que sea como algo que todavía no existe? Seguro que Gabi ni lo pensó. Uh, ahí viene el bondi. Qué bueno. Vieja de mierda por poco no me tira a la zanja. ¡¡Libre!! Nunca un hola de mierda estos colectiveros. ¿Al lado de la vieja llena de bolsos que come galletitas o al lado del pibe gracioso de gafas? Al lado del pibe estará bien. ¿Qué iba a hacer? Ah, sí voy a contestarle a Gabi. Uy, son las siete, Daniel me va a matar. “Como con mi viejo, después te aviso y si querés nos vamos a dormir juntos”. Enviar mensaje. Bien, este día es bien prometedor, como con el viejo, un divino, viejo borracho… y después me voy a dormir con ese cuerpito lindo al lado. Mañana franco. Estoy como quiero. Feliz cumpleaños a mí.
III.
- Hola Dani. Perdoname, se me hizo re tarde, esto del cambio de hora…
- Te perdono porque es tu cumpleaños, nada más. Feliz cumple gorda, te veo mañana. Ah no, el martes, mañana no venís.
Que flaco más careta. Encima me dice gorda.
- Gracias Dani, nos vemos. Suerte.
Bien, fue tolerable. Ya está, me quedo sola. Me voy al fondo y me fumo unas secas. Acá cierro diez minutos, no va a pasar nada. Me olvidé de comprarme el sanguche que bajón. Argh, me mata la garganta esta mierda. “Si no existiera me inventaría” Me vuelvo. Odio este cubículo. Siento que se me va el aire. Algún día me voy a morir por falta de oxígeno. Este Daniel es un exagerado… No se para qué tanta reja. Que vacía está la calle hoy. No pasa ni un alma. Hace frío, es domingo, debe ser por eso. Que rico alfajorcito, acto pequeño pero placentero. ¿Y ese lima ahí enfrente? ¿Qué hago? ¿Cierro? Está borracho… Capaz que es el viejo, a ver… No, no es el viejo, el viejo no tiene esa campera. Está cruzando. No, que no cruce. Bien, se va… Ahí vuelve. Mira para todos lados. Está sacado. Cruza, cruza… mierda, cruza. Si, definitivamente viene para acá.
- Hola flaca
- Hola… ¿si?
- Dame unos cigarros flaquita.
Le faltan todas las teclas. Que aliento a mierda por dios. Parece el cantante de Comanche pero sin dientes.
- ¿Cuáles querés?
- Los que me quieras dar.
Cuanto salame se cruza una día a día.
- Dale flaco.
- Dame unos Camel linda.
- Tomá. Dos pesos. ¿Querés fuego?
- No gracias, tengo mucho fuego.
“¿Tengo mucho fuego?” Dios mío… esta es la sociedad de mierda en la que los hombres pueden dirigirse como les da la gana hacia las mujeres. ¿Qué carajo hace? Se queda ahí parado… ¡Que se tome el palo de una vez!
- Che… y decime flaquita, ¿estás apretada ahí adentro?
No le contesto ya fue. Miro para otro lado… ¿Cierro? Agarro el celular del bolsillo.
- ¿Querés que me vaya?
- Sí.
- Hagamos una cosa… me das toda la plata que tenés ahí en la cartera y la que tenés en la caja y yo me voy. Depende de cuánto me des me voy sin hacerte nada o te toco un poquito antes, ¿te va flaquita?
- Andate antes de que llame a la policía. Tengo poca plata, te doy lo que hay. Recién abrí la caja flaco…
¿Qué mierda hace? Saca algo de la mochila… El fuego, se va a prender el cigarro. Saca algo más. ¿Qué mierda es eso? ¿Una botella? Se va a tomar un trago de algún escavio. No… ¿Qué hace? ¿Me apunta con la botella? Que se vaya, que se vaya, que se vaya, por favor Dios, que se vaya. Nunca creí en vos pero es lo único que se me ocurre. Que se vaya, por favor. Capaz que si cierro los ojos se va. Marco el número de la policía. Nueve… uno… Sentí algo mojado. ¿Qué carajo acabo de sentir por dios? Estoy toda mojada. Abro los ojos. Me está rociando con algo…
- ¡¿Qué mierda hacés limado?!
Siento olor a… a… dios… ¿nafta?
- Tengo mucho fuego, flaquita.
I.
Me siento muy cómoda en este momento. No quiero levantarme. ¿Ya serán las siete? No, por el solcito divino que me pega en el rostro… deben ser algo así como las cuatro. Dios, estoy sedienta. No tendría que haber tomado tanta cerveza ayer. Ayer… Anoche. ¿Anoche? ¿Qué fue? Ah, sí… el cumpleaños de Milagros. Qué lindo estaba Gabriel por Dios, Gabi… Ese pibe está más bueno que comer dulce de leche con los dedos. Creo que me suena el celular; sí definitivamente está sonando, no pienso levantarme a atender. Con este sol quiero quedarme entre las sábanas. Anoche dormí desnuda e hice muy bien. Voy a seguir durmiendo, no creo que sean las siete. Hormigas que me caminan por todo el cuerpo. Gabriel me las saca del cuerpo con la mano. El perro de la vecina, la puta madre, a ese perro habría que prenderlo fuego. Ya fue, me levanto. Mi piyama… ¿dónde mierda lo dejé? Ah, sí, lo tiré a lavar. Bueno, me levanto en bolas, total el viejo no está… A no ser que llegue y… No, ya fue, ya me pongo el uniforme. Me hago una milanesa. ¿Serán las cinco? Me fijo en el reloj de la cocina. ¡¿Qué?! ¿Las seis y media? ¡Si el sol todavía me daba en la cara! La puta madre no me puedo acostumbrar al cambio de hora... Bueno, le compro un sanguche al pibe de la esquina. Pero de milanesa no, porque siempre tiene nervios. Uy, llegó el viejo, menos mal que me vestí.
– Hola pendex.
– Hola.
¿Dios mío qué mierda le pasa a este viejo? ¿Está bailando?
- ¿Qué te pasa papá? ¿Estás borracho?
- No, nena, vos estás más loca que tú mamá.
Nooo, creo que me va a abrazar. Ni siquiera se acordó, me abraza de borracho nomás.
- Soltame papá, tenés un olor a escavio que no te aguanto.
- Dale boluda, un poco de amor no te va a hacer mal. Al final sos una pecho frío vos…
- Bueno dale, un poquito.
- Chau papá. Me tengo que ir llego tarde al kiosco.
Esta campera horrible. Me siento un oso polar.
- Che, boluda, ¿te creés que no me acordé de vos? Reservé en lo de Chiche, una mesita afuera… Te paso a buscar por el kiosco y vamos a comer.
Jaja, que viejo divino. ¿Afuera? ¿Con el frío que hace?
- Dale viejito te espero en la esquina de siempre.
II.
¿A ver qué hora es? Las dieciocho y treinta y dos. Me perdí el bondi la puta madre, encima este bondi de mierda que no pasa más… La parada mojada. Ya fue me siento igual a lo sumo me mojo un poco el culo. …Que barrio de mierda este. Sobre todo esta cuadra. ¿Qué mierda se puso esa vieja? Parece una ochentera. Voy a llegar tarde al laburo de vuelta. Daniel me tiene podrida. Me va a romper las pelotas de nuevo… ¡Un mensaje! ¿Será? No quiero andar especulando cada vez que me suena el celular, me siento una boluda. ¡Sí! Gabi, que bueno que sea de él… “si no existieras te inbentaria feliz cumple nenota que haces despue del trabajo” … Que bestia que es el hijo de puta. …¿Si no existieras te inventaría? Si no existieras te inventaría… Bien, me gusta, me gustó, está bien, tampoco voy a ser tan pretenciosa. Si no existieras te inventaría… ¿No es una frase de Luis Miguel?... ¡Sí! ¡Que hijo de puta! ¡es una frase de Luis Miguel! Medio grasa ese Luis Miguel... ya fue, Gabi es así… Si no existieras te inventaría… ¿cómo mierda es posible eso? ¿Cómo inventar algo que sea como algo que todavía no existe? Seguro que Gabi ni lo pensó. Uh, ahí viene el bondi. Qué bueno. Vieja de mierda por poco no me tira a la zanja. ¡¡Libre!! Nunca un hola de mierda estos colectiveros. ¿Al lado de la vieja llena de bolsos que come galletitas o al lado del pibe gracioso de gafas? Al lado del pibe estará bien. ¿Qué iba a hacer? Ah, sí voy a contestarle a Gabi. Uy, son las siete, Daniel me va a matar. “Como con mi viejo, después te aviso y si querés nos vamos a dormir juntos”. Enviar mensaje. Bien, este día es bien prometedor, como con el viejo, un divino, viejo borracho… y después me voy a dormir con ese cuerpito lindo al lado. Mañana franco. Estoy como quiero. Feliz cumpleaños a mí.
III.
- Hola Dani. Perdoname, se me hizo re tarde, esto del cambio de hora…
- Te perdono porque es tu cumpleaños, nada más. Feliz cumple gorda, te veo mañana. Ah no, el martes, mañana no venís.
Que flaco más careta. Encima me dice gorda.
- Gracias Dani, nos vemos. Suerte.
Bien, fue tolerable. Ya está, me quedo sola. Me voy al fondo y me fumo unas secas. Acá cierro diez minutos, no va a pasar nada. Me olvidé de comprarme el sanguche que bajón. Argh, me mata la garganta esta mierda. “Si no existiera me inventaría” Me vuelvo. Odio este cubículo. Siento que se me va el aire. Algún día me voy a morir por falta de oxígeno. Este Daniel es un exagerado… No se para qué tanta reja. Que vacía está la calle hoy. No pasa ni un alma. Hace frío, es domingo, debe ser por eso. Que rico alfajorcito, acto pequeño pero placentero. ¿Y ese lima ahí enfrente? ¿Qué hago? ¿Cierro? Está borracho… Capaz que es el viejo, a ver… No, no es el viejo, el viejo no tiene esa campera. Está cruzando. No, que no cruce. Bien, se va… Ahí vuelve. Mira para todos lados. Está sacado. Cruza, cruza… mierda, cruza. Si, definitivamente viene para acá.
- Hola flaca
- Hola… ¿si?
- Dame unos cigarros flaquita.
Le faltan todas las teclas. Que aliento a mierda por dios. Parece el cantante de Comanche pero sin dientes.
- ¿Cuáles querés?
- Los que me quieras dar.
Cuanto salame se cruza una día a día.
- Dale flaco.
- Dame unos Camel linda.
- Tomá. Dos pesos. ¿Querés fuego?
- No gracias, tengo mucho fuego.
“¿Tengo mucho fuego?” Dios mío… esta es la sociedad de mierda en la que los hombres pueden dirigirse como les da la gana hacia las mujeres. ¿Qué carajo hace? Se queda ahí parado… ¡Que se tome el palo de una vez!
- Che… y decime flaquita, ¿estás apretada ahí adentro?
No le contesto ya fue. Miro para otro lado… ¿Cierro? Agarro el celular del bolsillo.
- ¿Querés que me vaya?
- Sí.
- Hagamos una cosa… me das toda la plata que tenés ahí en la cartera y la que tenés en la caja y yo me voy. Depende de cuánto me des me voy sin hacerte nada o te toco un poquito antes, ¿te va flaquita?
- Andate antes de que llame a la policía. Tengo poca plata, te doy lo que hay. Recién abrí la caja flaco…
¿Qué mierda hace? Saca algo de la mochila… El fuego, se va a prender el cigarro. Saca algo más. ¿Qué mierda es eso? ¿Una botella? Se va a tomar un trago de algún escavio. No… ¿Qué hace? ¿Me apunta con la botella? Que se vaya, que se vaya, que se vaya, por favor Dios, que se vaya. Nunca creí en vos pero es lo único que se me ocurre. Que se vaya, por favor. Capaz que si cierro los ojos se va. Marco el número de la policía. Nueve… uno… Sentí algo mojado. ¿Qué carajo acabo de sentir por dios? Estoy toda mojada. Abro los ojos. Me está rociando con algo…
- ¡¿Qué mierda hacés limado?!
Siento olor a… a… dios… ¿nafta?
- Tengo mucho fuego, flaquita.
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